viernes, 22 de junio de 2012

CENTRALISMO HISTORICO EN EL PERÚ


Al observar detenidamente la historia contemporánea del Perú podemos ver  distintos intentos fallidos por descentralizar o desconcentrar el poder político y económico. Hay que tener en cuenta  que existen diferencias entre descentralizar y desconcentrar, el primero se refiere  al hecho de realizar una reforma profunda mediante un proceso de devolución de poderes políticos, administrativos y económicos del gobierno central a las entidades subnacionales de gobierno. Mientras que el segundo, tal como su nombre lo dice, radica en la delegación del ejercicio de las competencias desde el nivel de gobierno central hacia los niveles de gobierno subnacionales. En el Perú se apunta hacia un proceso de descentralización, que sea permanente, se realice por etapas y que tenga como objetivo fundamental el desarrollo integral del país (texto modificado del Capítulo XIV de la Constitución Política del Perú).

El Estado peruano es unitario y, al igual que la mayoría de naciones latinoamericanas, se ha caracterizado por ser centralista. Esto significa que todas las decisiones que afectaban a los distintos departamentos del país eran tomadas por el Gobierno Central desde Lima, la capital. El centralismo político, administrativo y económico, lo arrastramos desde la época colonial, cuando el Virrey concentró el poder político y económico en la capital, en cuanto recaudación de impuestos y decisiones de gobierno.

El centralismo político dio paso al centralismo económico, favoreciendo el crecimiento urbano y costeño, en desmedro de las economías regionales o locales. De este modo, el país ha oscilado entre el centralismo e intentos de descentralización sin mucho éxito. Recién en el 2001, se tomó una decisión concreta y de consenso nacional, de iniciar un proceso de descentralización en el país. Decisión que se vio plasmada en la Reforma Constitucional del Capítulo XIV del Título IV, sobre Descentralización.

La descentralización es un proceso de largo plazo y una forma democrática de organizar nuestro país. Con la descentralización las regiones podrán elegir su propio plan de desarrollo, priorizando sus necesidades.

La descentralización busca hacer frente a los problemas -y sus consecuencias- generados por el centralismo, como por ejemplo:

Que más de la mitad de la industria se encuentre en Lima
Que uno de cada tres peruanos viva en Lima
Que más del 90% de los ingresos esta en manos del gobierno central
Que más del 80% de los gastos estén en manos del gobierno central
La descentralización es, por eso, una oportunidad para un desarrollo más justo.

Por eso, la descentralización no es la realización de una o más obras en los lugares apartados de nuestro país, ni la satisfacción inmediata de las demandas que hoy existen, tampoco la simple transferencia de recursos.

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